Comprar una página web ofrece la posibilidad de impulsar un proyecto online rápidamente sin mayor esfuerzo, pues permite tener una web sin la necesidad de invertir una gran cantidad de tiempo en su concepción. Independientemente de si se trata de una web corporativa, de una tienda online o de un blog, la mayor ventaja radica en que no hay que empezar de cero. A medida que pasa el tiempo, una página web va adquiriendo un público y un tráfico determinado, por lo que, al comprar una web, las expectativas y el interés de los clientes ya se han despertado. Dependiendo de cómo sea de exitosa la web, es posible ganar dinero y gestionar gradualmente la oferta de acuerdo a tus propias ideas y conceptos. En general, es una inversión que implica un gran ahorro de tiempo y dinero en su concepción y despliegue, así como en gestión, siempre y cuando esté bien estructurada.
Más allá de las ventajas enunciadas anteriormente, comprar una página web no siempre es la solución más apropiada. Inicialmente es necesario considerar cuánto cuesta una página web, teniendo en cuenta la lógica coste-beneficio. El principal reto al que se enfrenta el comprador de una web, es que el capital inicial puede ser, en muchas ocasiones, muy alto en comparación con el capital para crear una página web desde cero. Además, es necesario contar con el tiempo y el dinero adicional que habrá que invertir en la adaptación de la misma según las necesidades propias. Esto será más complejo para aquellos proyectos que demanden una modificación completa del diseño. Sin embargo, recuerda que los cambios repentinos en el estilo de una página web pueden tener una influencia negativa sobre la perspectiva de los usuarios y sobre el posicionamiento en buscadores como Google.
En general, es necesario tener en cuenta que, al comprar una página web, las posibilidades de aplicar y profundizar tus conocimientos son muy limitadas, a diferencia de cuando creas una desde el comienzo.
Además, adquirir una página web implica hacerse responsable de cuestiones de derechos de autor sobre las imágenes existentes, así como sobre textos y contenidos generados por visitantes y usuarios (p. ej. los comentarios). Aplicar este tipo de contenidos a ciegas representa un riesgo innecesario que puede tener consecuencias desagradables en un futuro. Por esto, antes de firmar cualquier tipo de contrato de compra y venta es recomendable tomarse el tiempo necesario para evaluar cuánto cuesta la página web en cuestión y verificar beneficios y desventajas. Recuerda que incluso después de examinar a fondo la web, es posible que posteriormente te topes con un análisis incompleto o inexacto, por lo que los riesgos siempre estarán latentes.